La campaña de la ONU Levántate Alza la Voz nuevamente demostró que la pobreza mundial no es un problema que ha pasado de moda.
Puede que los estudiantes que se juntaron la tarde del miércoles 17 de octubre en la Pileta Central de la Universidad de Lima no llegaron a ser la gran mayoría del alumnado de ese centro de estudios, pero al menos su voluntad sirvió para concretar una meta que las Naciones Unidas trazó para esa fecha: romper un nuevo Récord Guiness de personas que se manifiesten en contra de la pobreza extrema.
Y vaya que se cumplió la meta, pues ese día 38.8 millones de mortales en todo el planeta alzaron su voz, le mostraron al mundo su compromiso con los Objetivos del Desarrollo del Milenio (plan global para erradicar la pobreza para el año 2015) y se proclamaron en contra de la desigualdad social. El año pasado, durante la misma campaña, se juntaron 23 millones de personas, pero sin duda el número de individuos reunidos este año en pos de la causa rebasó las expectativas que la ONU esperaba.
Enfundados con un polo blanco distintivo, al promediar la 1 y 15 de la tarde, alumnos pertenecientes a diversas asociaciones de la ULima (Asociación Internacional de Estudiantes – AIESEC, Asociación de Andinismo, Círculo de Estudios de Impacto Ambiental, Recrea, Pastoral y Acción Universitaria), entre otros alumnos ‘independientes’ se dieron la mano, hicieron una ola y gritaron al unísono el manifiesto preparado para la ocasión.
“Nos levantamos junto a millones (de personas) en todo el mundo en este día simbólico, el Día Internacional para la erradicación de la Pobreza (…). Nos levantamos porque nos negamos a aceptar más excusas en un mundo donde 50,000 personas mueren todos los días como consecuencia de la pobreza extrema y la brecha entre ricos y pobre sigue aumentando”.
Pero mientras eso sucedió en el patio de una reconocida universidad peruana, en otros lugares de la orbe individuos de diferente raza, religión y postura política salieron de sus escuelas, oficinas y casas, y marcharon por las calles para manifestar su descontento hacia aquellos gobernantes que todavía se hacen de la ‘vista gorda’ y dejan que sus pobladores mueran cada día como consecuencia de la precariedad en la viven.
Y aunque la masa movilizada fue consciente de que para algunos jefes de estado acabar con la pobreza de sus países suena un tanto ilusorio, la campaña Levántate Alza La Voz también buscó que las personajes públicos sigan implementando políticas de desarrollo en sus respectivas jurisdicciones y concluyan llegar a negociaciones con sus colegas de otros países para impedir que se sigan ampliando las brechas entre ricos y pobres.
Quién iba a pensarlo pero en el día previsto para cumplir el récord, los países desarrollados fueron aquellos que congregaron mayor cantidad de personas. Este ‘fenómeno’ era de esperarse luego de las palabras de aliento que lanzó Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, momentos previos a iniciar la cruzada: “Hoy más de 10 millones de personas harán escuchar su voz y exhortarán a sus líderes a cumplir sus promesas. Los gobernantes de los países de mayores recursos no deben ser ajenos a la pobreza y ellos deben ser los primeros en ayudar a sus vecinas naciones menos desarrolladas”.
Lógicamente, acabar con la pobreza no depende únicamente de aquellos personajes que ostentan el poder, sino que debe ser un compromiso instaurado en la mente de cada uno. Todos nosotros podemos poner nuestro granito de arena en ese sentido. En el Perú, por ejemplo, la gran ayuda que se brindó a los damnificados del Sur los días posteriores al terremoto de Ica demuestra que cuando realmente los peruanos nos disponemos a ayudar, podemos lograr grandes cosas.
Puede que los estudiantes que se juntaron la tarde del miércoles 17 de octubre en la Pileta Central de la Universidad de Lima no llegaron a ser la gran mayoría del alumnado de ese centro de estudios, pero al menos su voluntad sirvió para concretar una meta que las Naciones Unidas trazó para esa fecha: romper un nuevo Récord Guiness de personas que se manifiesten en contra de la pobreza extrema.
Y vaya que se cumplió la meta, pues ese día 38.8 millones de mortales en todo el planeta alzaron su voz, le mostraron al mundo su compromiso con los Objetivos del Desarrollo del Milenio (plan global para erradicar la pobreza para el año 2015) y se proclamaron en contra de la desigualdad social. El año pasado, durante la misma campaña, se juntaron 23 millones de personas, pero sin duda el número de individuos reunidos este año en pos de la causa rebasó las expectativas que la ONU esperaba.
Enfundados con un polo blanco distintivo, al promediar la 1 y 15 de la tarde, alumnos pertenecientes a diversas asociaciones de la ULima (Asociación Internacional de Estudiantes – AIESEC, Asociación de Andinismo, Círculo de Estudios de Impacto Ambiental, Recrea, Pastoral y Acción Universitaria), entre otros alumnos ‘independientes’ se dieron la mano, hicieron una ola y gritaron al unísono el manifiesto preparado para la ocasión.
“Nos levantamos junto a millones (de personas) en todo el mundo en este día simbólico, el Día Internacional para la erradicación de la Pobreza (…). Nos levantamos porque nos negamos a aceptar más excusas en un mundo donde 50,000 personas mueren todos los días como consecuencia de la pobreza extrema y la brecha entre ricos y pobre sigue aumentando”.
Pero mientras eso sucedió en el patio de una reconocida universidad peruana, en otros lugares de la orbe individuos de diferente raza, religión y postura política salieron de sus escuelas, oficinas y casas, y marcharon por las calles para manifestar su descontento hacia aquellos gobernantes que todavía se hacen de la ‘vista gorda’ y dejan que sus pobladores mueran cada día como consecuencia de la precariedad en la viven.
Y aunque la masa movilizada fue consciente de que para algunos jefes de estado acabar con la pobreza de sus países suena un tanto ilusorio, la campaña Levántate Alza La Voz también buscó que las personajes públicos sigan implementando políticas de desarrollo en sus respectivas jurisdicciones y concluyan llegar a negociaciones con sus colegas de otros países para impedir que se sigan ampliando las brechas entre ricos y pobres.
Quién iba a pensarlo pero en el día previsto para cumplir el récord, los países desarrollados fueron aquellos que congregaron mayor cantidad de personas. Este ‘fenómeno’ era de esperarse luego de las palabras de aliento que lanzó Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, momentos previos a iniciar la cruzada: “Hoy más de 10 millones de personas harán escuchar su voz y exhortarán a sus líderes a cumplir sus promesas. Los gobernantes de los países de mayores recursos no deben ser ajenos a la pobreza y ellos deben ser los primeros en ayudar a sus vecinas naciones menos desarrolladas”.
Lógicamente, acabar con la pobreza no depende únicamente de aquellos personajes que ostentan el poder, sino que debe ser un compromiso instaurado en la mente de cada uno. Todos nosotros podemos poner nuestro granito de arena en ese sentido. En el Perú, por ejemplo, la gran ayuda que se brindó a los damnificados del Sur los días posteriores al terremoto de Ica demuestra que cuando realmente los peruanos nos disponemos a ayudar, podemos lograr grandes cosas.
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